martes, 6 de septiembre de 2011

Cordero: Malas Compañías

Cordero: Malas Compañías:










GRANADOS CHAPA, Miguel Ángel /
LAZA PÚBLICA





Cordero: malas
compañías





Candoroso o carente de escrúpulos, Ernesto Cordero está dispuesto a
recibir toda clase de apoyos, aun los menos recomendables, con tal de ser
candidato presidencial del PAN
. El 17 de junio recibió en Palacio Nacional a 70 alcaldes panistas y cuatro diputados
locales de la misma filiación. Viajaron desde Veracruz a verlo, traídos a este
acto de cargada política que parecía exclusivo del PRI, por Miguel Ángel Yunes,
el ex director del ISSSTE
y candidato derrotado por Javier Duarte, hoy
gobernador de esa entidad. Aunque era obvio que su visita en la sede del Poder
Ejecutivo obedecía al propósito de expresar al secretario de Hacienda su
simpatía como aspirante a la postulación presidencial, Cordero los atendió
acompañados por personal bajo sus órdenes, en una deliberada confusión de sus
papeles de miembro del gabinete federal y precandidato.





Unas semanas más tarde, Cordero viajó a Monterrey dentro de su gira
de proselitismo. Allí fue recibido, el 7 de agosto, por el alcalde de esa
ciudad, Fernando Larrazábal
, y el delegado de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, Zeferino Salgado. El primero de ellos está hoy envuelto en un grave conflicto político
penal, la crisis del juego en Nuevo León. Por su parte, Yunes, una y otra vez
señalado con evidencias documentales de conductas públicas ilícitas, se lio en
una reyerta con Elba Esther Gordillo, su antigua protectora, en que ambos
sacaron sus trapitos al sol.
La presidenta del sindicato magisterial podría
proveer a Cordero de suficiente información sobre Yunes. Imagino que el
secretario de Hacienda mantiene buena comunicación política con ella. ¿O no la
profesora, aunque distanciada del Presidente, apoya en la contienda por la gubernatura
de Michoacán a Luisa María, la hermana de Felipe Calderón?





Larrazabal y Salgado forman parte
de la neocúpula, como llaman en Monterrey a la tríada que desplazó del mando
panista a los grupos tradicionales. El tercer miembro de ese núcleo, y quien
organizó el apoyo del alcalde y el director del centro SCT al secretario de
Hacienda es Raúl Gracia Guzmán, que es una suerte de delegado presidencial en
Nuevo León. Aunque se desempeña en una posición en apariencia menor, miembro
del consejo estatal de la judicatura, participa en decisiones relevantes y
protesta contra medidas que lesionan a su grupo. Tuvo una diferencia, por
ejemplo, con Fernando Canales Stelzer, ex secretario del Ayuntamiento de San
Pedro, por el despido de un funcionario amigo de Gracia Guzmán. El episodio es
parte de las permanentes tensiones entre los grupos que se disputan el poder
panista en aquella entidad. Quizá haya sido el propio Gracia Guzmán, para no
contaminar a su candidato con el pleito interno, quien le haya sugerido que
antes de participar en el mitin que le prepararon sus cofrades Larrazabal y
Salgado se reuniera con la paleocúpula; Alejandra Sada, José Luis Coindreau,
Fernando Margáin y el mencionado Canales Stelzer, hijo de quien ha sido el
único gobernador panista en Nuevo León y fue en el gobierno de Vicente Fox
secretario de Economía y de Energía.





Gracia Guzmán y Calderón fueron
diputados en la LVIII Legislatura, en que el ahora presidente de la República
coordinó a la fracción panista. De ese vivero Calderón ha nutrido su equipo:
cuatro secretarios de Estado, dos de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y
Francisco Blake; una de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, y quien era
su suplente y ahora es titular de la Reforma Agraria, Abelardo Escobar,
formaron parte de esa legislatura. De allí provinieron también el primer
secretario particular de Calderón, César Nava, el gobernador de Sonora,
Guillermo Padrés, y el embajador Emilio Goicoechea. Otros varios legisladores
son delegados de secretaría de Estado, y otros representantes informales del
Presidente.





Ése es el caso de Gracia Guzmán.
Con Larrazabal y Salgado forman el grupo San Nicolás (la neocúpula), que domina
en el PAN estatal y en ese municipio, donde se le conoce como la Santísima
Trinidad. Larrazabal y Salgado fueron presidentes municipales de esa
demarcación, y los sucedió Miguel Ángel García Domínguez, ahora secretario de
Desarrollo Humano en la alcaldía de Monterrey, cuyo nombre ha salido a relucir
con motivo de presuntas negociaciones entre ese gobierno local y dueños de
casinos irregulares, que después entregaron dinero a Manuel Jonás Larrazábal,
actualmente arraigado mientras la Procuraduría estatal consigue formularle una
acusación que lo haga procesar penalmente.





No es la primera vez que miembros
de ese grupo se ven mezclados en tratos turbios con la industria del juego.
Cuando Salgado fue alcalde de San Nicolás aceptó recibir en comodato un
helicóptero de parte de la empresa Entretenimiento de México, S.A. de C.V.,
propiedad de Juan José Rojas Cardona, a quien se denomina "el zar de los
casinos" en la zona metropolitana de Monterrey. Fue tal el escándalo por
ese préstamo de uso, que el ayuntamiento de San Nicolás fue obligado a devolver
la aeronave (Proceso, 4 de septiembre).





No obstante haber protagonizado
ese episodio (o por eso mismo), Rojas Cardona se dice víctima de extorsiones.
La semana pasada participó en un foro organizado por diputados que dan
seguimiento al problema de los casinos, en función del incendio deliberado del
Royale, que provocó la muerte de 52 personas. Rojas Cardona "acusó a
gobiernos municipales y al estatal, que encabeza Rodrigo Medina, de fomentar la
corrupción en contra de los empresarios de esa industria (Reforma, 3 de
septiembre).

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